Estos son los principales problemas de salud que afectan a los jóvenes

Mantener una buena salud debería ser obligación de todos y cada uno de nosotros. Parece que, cuando hablamos de la necesidad de cuidarnos, siempre nos estamos dirigiendo a personas mayores, que suelen ser las más vulnerables y a las que más atacan las enfermedades como consecuencia de la degradación de su cuerpo. Pero lo cierto es que no importa la edad que tengamos: debemos hacer todo cuanto esté en nuestra mano para tener una salud como la que merecemos. Bajar la guardia no es nunca una buena idea al respecto y, por desgracia, hay demasiadas pruebas que lo demuestran.

En los párrafos que siguen, queremos detenernos en algunos aspectos ligados a la salud que están directamente relacionados con los jóvenes. Y es que hay muchas cosas que pueden alterar la buena salud de este grupo de población. Vais a ver que las personas jóvenes no están exentas de sufrir problemas de salud de todo tipo y que, si no tienen cuidado tanto para prevenir esos problemas como para solucionarlos, su vida puede dar un vuelco para mal.

Pero, ¿cuáles son los problemas de salud que pueden afectar en mayor medida a los jóvenes? Por desgracia, lo que vais a leer a continuación os va a sonar. Creemos que un gran análisis de esto aparece en la página web del Psiquiatra Dr. Hernández porque se mencionan problemas como los trastornos de ansiedad, los trastornos derivados de la conducta alimentaria o las toxicomanías (entre las que encontramos el alcoholismo o la adicción a las drogas), que son los que, por desgracia, ponen más en riesgo la salud de nuestros jóvenes a día de hoy. Vamos a ir hablando de cada uno de esos problemas a continuación.

Ansiedad: un problema en auge entre la juventud 

La ansiedad es uno de los problemas mentales que más ha crecido en los últimos tiempos en líneas generales en nuestra sociedad. En buena medida, está provocado por el aumento de la exigencia en el mundo laboral. Nadie cree tener su puesto de trabajo asegurado y esto es lo que hace que queramos dar permanentemente el máximo durante nuestra jornada laboral. Aunque esa voluntad es realmente buena, muchas veces hace que tengamos ansiedad si las cosas no van como nos gustaría. Sabemos que las empresas no guardan reparos en despedir a unas personas porque saben que va a haber otras que realicen exactamente la misma función.

Los jóvenes no son ajenos a ello y, además, debemos tener en cuenta que han sido víctimas de la falta de trabajo que existe en nuestro país. Fueron los principales afectados por la llegada de la crisis económica del año 2007 y también tuvieron que soportar una pandemia que a muchos les dejó sin trabajo y sin la posibilidad de independizarse de sus padres y madres. Esto no es nada fácil para las personas que han soñado durante sus primeras dos décadas de vida con ser independientes y que ahora comprueban la dificultad que eso entraña.

En una noticia publicada en la página web de La Razón se aportan algunas cifras que pueden ayudar a entender la magnitud del problema del que estamos hablando. Se asegura que el 6% de los adolescentes de nuestro país sufre síntomas graves de depresión y que el 15% está en el mismo punto con respecto a la ansiedad. Estamos hablando de síntomas graves, no de síntomas medios ni leves. Y hablamos de una noticia que es del mes de febrero y cuyos datos probablemente hayan cambiado (estamos seguros de que han aumentado los porcentajes de los que hemos hablado, claro, porque la tendencia es esa por mucho que nos duela).

Los trastornos de la conducta alimentaria ya son viejos conocidos 

En este apartado, vamos a hablar en primera instancia de la anorexia y la bulimia y, por otro, de la obesidad. Cualquiera de estos problemas deben ser tratados con el máximo de los cuidados porque pueden derivar en serios riesgos padres de salud de las personas que los sufren.

La anorexia y la bulimia empezaron a ser concebidas como un peligro a finales del siglo pasado. Y no era para menos. Se detectaron múltiples casos en España y las autoridades, como es lógico, se empezaron a preocupar por el tema. La sociedad parecía demandar que las personas teníamos que estar extremadamente delgadas para ser atractivas, algo que no tiene por qué ser así ni mucho menos. Hubo mucha gente que adoptó esos mensajes y que empezó a adquirir conductas que pusieron en severo riesgo su salud hasta el punto que necesitaron de una hospitalización para poder evitar la muerte. Aunque parece que el tema se ha estabilizado en los últimos tiempos, conviene que entre todos y todas podamos poner fin de una manera definitiva a esta lacra.

El extremo opuesto tampoco es una buena idea. La obesidad es otro de los grandes problemas que ha vivido nuestra sociedad en los últimos años. La vida es cada vez más sedentaria. Hacemos cada vez menos cosas en la calle y nos hemos instalado delante de la pantalla de nuestro ordenador o de nuestra televisión. El hecho de que nos movamos menos tiene una influencia directa sobre la cantidad de personas obesas que hay actualmente en España. Que haya cada vez más establecimientos en los que se vende comida rápida tampoco ayuda en absoluto a cuidar del peso ideal de cada persona.

En una noticia publicada en el diario 20 Minutos se comenta abiertamente todo lo que tiene que ver con los trastornos alimentarios y se comenta también que el 70% de las jóvenes de nuestro país tiene una relación directa con un trastorno de este tipo. La verdad es que es un dato que asusta y que nos tiene que hacer pensar de cara a los próximos años. No es posible que solamente 3 de cada 10 personas reconozca tener una buena relación con la comida. Es demasiado pobre ese dato y debemos hacer todo cuanto esté en nuestra mano para corregir todos los problemas que eso pueda ocasionar.

Las toxicomanías, un problema de máxima gravedad 

Hablamos ahora de uno de los problemas que ha sido más numeroso en los últimos años tanto en España como en otros muchos países del mundo. La excesiva dependencia del alcohol o de las drogas ha provocado que muchas vidas se hayan arruinado sin remisión y que numerosos jóvenes hayan caído en la más absoluta de las desgracias. Ambas cosas han provocado muertes y la desaparición de lazos afectivos que esas personas pudiesen tener antes. Y creo que esa es una de las peores noticias que le pueden dar a una persona a lo largo de su vida.

El alcohol ha sido uno de los grandes problemas de la sociedad a lo largo de los siglos. El problema es que es gente cada vez más joven la que lo consume, lo cual puede dar lugar a dependencias demasiado tempranas y que provoquen muchas desgracias a lo largo de una vida. El alcohol se ha encontrado detrás del desmembramiento de muchas familias y el fin de muchas amistades. Se puede tomar alcohol, nadie dice que no. Pero es el abuso lo que debemos controlar y a lo que hay que ponerle freno de todas las maneras posibles.

Las drogas constituyen también uno de los riesgos más evidentes que podemos encontrarnos en nuestra ciudad o pueblo a día de hoy. Hubo una época en la que la heroína fue un asunto prácticamente de Estado. Los años 80 fueron los más peligrosos en ese sentido. Aunque el consumo de heroína ha descendido desde entonces, ha emergido otro problema como el de la cocaína, que es una de las drogas más consumidas en la actualidad y que pone en severo riesgo la salud de los seres humanos que dependen de ella.

Por desgracia, en muchas ocasiones, el excesivo consumo de alcohol y la dependencia a las drogas vienen una de la mano de la otra. Hay que tener cuidado con las personas que sepamos que consumen ambas cosas, pero también debemos saber que es necesario y es nuestra obligación ayudarlas a poder salir de la atolladero y recobrar su vida. Es posible que en un primer momento no les parezca buena idea, pero lo cierto es que es algo que van a terminar agradeciendo y que va a demostrar a las claras que nos hemos preocupado por ellos y ellas.

Hemos hablado de grandes riesgos para la salud de los seres humanos a lo largo de este artículo. Pero no nos podemos olvidar de que hay muchos más, que pueden ser quizá menos graves pero que pueden terminar generando riesgos innecesarios y que pongan en jaque la salud y la felicidad de la gente. Ojalá tengamos la capacidad de ayudar a quienes tenemos al lado y sufre alguno de esos problemas, porque nos encantaría que, estando nosotros en su situación, alguien nos prestara ayuda también a nosotros. Se llama tener humanidad, a fin de cuentas.

 

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