Un retrato por encargo, ¿cómo lo hago?

Cuando hablamos de retrato, normalmente nos referimos a una foto, tipo retrato. Con su técnica, su encuadre y un fotógrafo cámara en mano delante. Pero antes de que la cámara de fotografía llegara a nuestras vidas, hace ya más de dos siglos, la única manera de tener un recuerdo que observar, eran los retratos pictóricos. Un cuadro bien realizado con semanas de trabajo detrás. No era tan sencillo como ponerse delante de una cámara y seguir las indicaciones del fotógrafo hasta que este, hiciera clic. Sin desmerecer el cuidado arte de la fotografía que también tiene su intríngulis y complejidad.

El arte de la pintura es un arte complejo. No todo el mundo es capaz de dibujar, y mucho menos, de realizar retratos de calidad fotográfica con un realismo brutal, con un simple lapicero. El detalle, la precisión, las luces y las sombras, el color, los materiales y el sujeto, son elementos que solo un buen artista sabe conjugar a la perfección. Por el contrario, el maravilloso arte de la fotografía, se ha visto vapuleado por la tecnología digital haciendo que todo el mundo, sea fotógrafo. Todo esto con matices, claro está. Se puede y se debe puntualizar aunque en este particular, nos queremos ceñir al arte analógico de la pintura y el dibujo con fines particulares.

Es muy, pero que muy difícil, encontrar artistas de la talla de Cabiro Art, entrar en su web y admirar su porfolio es comprobar como el arte sigue vivo. Echadle un ojo a estos retratos al óleo, son pura magia. Aunque exista mucho intrusismo en el sector, todavía quedan artistas que hacen retratos a mano, sin hacer mayor uso de la tecnología digital que el que puede suponer imprimir la foto necesaria para tener la referencia. Tampoco vamos a pedir que pinten de memoria que no es necesario. Encargar un retrato profesional y artístico vuelve a ser tendencia. De hecho, nunca ha dejado de serlo. Basta con recorrer algunos lugares turísticos de ciudades como Madrid y su Plaza Mayor o la Rambla de Barcelona, para encontrar artistas capaces de retratar a los viandantes con su carboncillo en un tiempo récord o realizar una caricatura de tu persona en cuestión de minutos. El arte analógico que no se puede digitalizar, siempre de la mano de un artista convencional.

Conseguir un retrato de calidad

Un retrato profesional puede transportarnos a otra época, a otro lugar. Vestir nuestro salón con un aire tradicional que emula a las grandes mansiones y palacios, copados con toda suerte de cuadros. Sin embargo lo más atractivo es la vida que transmiten este tipo de retratos. La delicadeza con la que están hechos, el realismo y la personalización máxima con la que se realizan.

Es fundamental, si tienes la intención, la necesidad o las ganas de encargar un retrato, buscar un buen artista y cuando lo encuentres, preguntarle si está dispuesto a mostrar las diferentes etapas de su creación. Comprobar que vas a pagar por un servicio de calidad es fácil si el artista te muestra las diferentes etapas de elaboración del retrato. Aunque no lo parezca, son muchos los profesionales (del engaño) que ofrecen retratos hechos a mano con calidad fotográfica que son meras fotografías, convenientemente tratadas e imprimidas sobre el papel artístico o lienzo más acorde. Estos artistas que no dejan de serlo pero en otras cuestiones, solo utilizan redactores gráficos avanzados que hacen  posible redactar esas imágenes de manera digital. Como si de un corta y pega se tratará para escribir un libro que luego vas modelando para que “no se note”. Estos programas de digitalización, imitan a la perfección los dibujos a lápiz y las pinturas en pastel, añadiendo un tratamiento posterior con una serie de materiales que imitan el relieve de las pinceladas. Artistas son, desde luego, pero de la estafa, salvo que anuncien que su trabajo es digital y no a mano.

Siendo así, no se puede permitir el engaño. Los mismos profesionales del retrato, lo advierten y ponen en conocimiento de sus clientes, este hecho. Al mismo tiempo, ponen a disposición de los clientes que así lo requieran, las fotos que demuestran el proceso de trabajo. Algo que también pueden constituir un bonito recuerdo de como los trazos fueron surgiendo en el papel o lienzo, para culminar en el rostro de ese ser querido o el tuyo propio.

Las técnicas que ofrecen los artistas pueden variar y, los gustos personales pueden diferir en función de sus preferencias o incluso, el bolsillo. Evidentemente no cuesta lo mismo un retrato a lápiz que un óleo, ni tamaño pequeño que uno grande. El trabajo y los materiales aumentan en función de la técnica elegida y el tamaño.

Como no existe una técnica mejor que otra para la elaboración de un retrato personalizado, puedes preocuparte de tus gustos y presupuesto, más que del material a utilizar. El artista siempre te aconsejará que te dejes llevar por tu corazón, no en vano son artistas, y por tanto, por lo que más emoción te cause. Si el carboncillo te hace vibrar más que el óleo, adelante con un retrato a carboncillo. Si prefieres la calidad fotográfica que proporciona el óleo, que transmite vida y energía con su realismo, también es válido. Todo va en función de lo que más te guste y te puedas permitir. Eso sí, también debes contar con el factor tiempo. Cada encargo tiene su proceso de elaboración y lleva su tiempo. No es lo mismo dibujar con lápiz que pintar con oleo.

Un poco sobre cada técnica

Técnicas hay muchas, pero aquí vamos a hablar de las más habituales en materia de retrato. Dichas técnicas se realizan en función del material de elección para elaborar el retrato en cuestión, es decir, carboncillo, lápiz, pastel y óleo, en este caso. Aunque puedes encontrar artistas que se manejen con el bolígrafo, la pluma, tempera o cualquier material que se les ocurra.

Dentro del mundo artístico y pictórico, el carboncillo es una de las técnicas más longevas. Se denomina como tal a un fragmento carbonizado de brezo, sauce o cualquier tipo de madera ligera que ofrece una textura ideal para dibujar. Lo más habitual es que se utilice para realizar los bocetos, pero en manos de un buen artista, ofrece unos resultados inigualables. Suele combinarse con otros materiales como el lápiz y, en cuestiones de elaboración de retratos, suele ser uno de los más demandados. Aunque recuerde a un boceto, los trazos y contrastes que permite hacer, lo alejan diametralmente de ese aspecto vago que posee el boceto.

Con el lápiz, sucede algo similar, se utiliza para toda suerte de bocetos y esbozos, pero en las manos adecuadas, es capaz de convertir un lienzo en blanco en todo un retrato en blanco y negro, lleno de matices, contrastes y arte, mucho arte. Además, pese a lo que muchos puedan creer, existen lápices de colores que pueden utilizarse para dar color al retrato. Lo habitual es que se realicen en blanco y negro, para lo cual los artistas, cuentan con lápices de diferentes tonalidades, grosores y dureza, entre los que se incluye el blanco y diferentes tonos pastel para los detalles importantes.

Podemos optar por retratos en color haciendo el encargo sobe un retrato a pastel. Esta técnica artística posee la característica de no contar con disolventes y aplicarse de forma directa sobre la superficie de trabajo elegida. Este tipo de retratos se suele hacer esbozando el dibujo con tiza seca en papel neutro tintado y poco rugoso, aunque puede ser válido cualquier otro soporte. La técnica destaca por su pureza artística, la vivacidad y la frescura que aporta junto a una profundidad y superficie de textura sedosa y aterciopelada. Para los artistas y a ojos del observador, se trata de una técnica con transiciones suaves entre los colores y tonos que forman el cuadro. Se pueden mezclar trazos, difuminarlos y aplicar capas superpuestas que proporcionan efectos delicados pero atrayentes.

Por último, pero en realidad el primero, el óleo. La técnica más depurada, más ambiciosa y por supuesto, la que más elegancia puede conferir al salón de tu casa. Esta técnica artística se basa en el uso de los pigmentos de color mezclados con óleo, esta mezcla hace posible que se unan los pigmentos entre si y al soporte de elección (lienzo o tela). Sin lugar a dudas la técnica pictórica más relevante e indiscutiblemente, la que más miradas acapara. Gracias a esta técnica, se conservan en la actualidad todas esas grandes obras que dejaron los maestros del pasado.

Los retratos al óleo se realizan con el máximo cuidado y, con el mínimo mantenimiento, pueden conservarse durante siglos. El cuadro se barniza cuando se ha terminado para fijar los colores y preservar las capas de pinturas de las inclemencias ambientales, el polvo y las luces fuertes. Se requiere más tiempo para su elaboración, sobre todo porque las imágenes se pintan por etapas entre las cuales es necesario dejar secar la pintura. Razón por la que las sesiones de posado de antaño son incompatibles con el momento actual y realizar un óleo por encargo, puede hacerse perfectamente, con una fotografía.

Ya sabes un poco más sobre los retratos por encargo y como asegurarte de que no te dan gato por liebre, así como algunas de las técnicas más demandadas.

 

 

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