¿Alguna vez te han abrumado las deudas? ¿Has sentido que no hacían más que acumularse, y que miraras donde miraras, no había forma de pagarlas, y lo que es peor, no hacían más que agravarse? Pues no te preocupes, no estás sólo. Sólo en nuestro país, alrededor de 3.000 personas que acumulaban deudas se registraron como morosos en el año pasado, así que imagínate: las deudas ahogan a muchas personas, pero lo importante aquí es que sepas que todo tiene solución.
Hoy quiero hablarte de algo que podría ser un rayo de esperanza en medio de la tormenta: la Ley de la Segunda Oportunidad. Si sufres estos problemas, debes conocerla. En este artículo conoceremos en qué consiste, cómo funciona y quién puede beneficiarse de ella.
¿Qué es la Ley de la Segunda Oportunidad?
La Ley de la Segunda Oportunidad es una normativa española que permite a aquellas personas físicas (es decir, a los particulares) liberarse de sus deudas en situaciones de insolvencia. Tiene por objetivo dar una segunda oportunidad a aquellas personas que no pueden hacer frente a sus obligaciones económicas, además de darles la posibilidad de empezar de nuevo sin la carga de una deuda que les ahogue.
Vamos a verlo de forma más práctica (y real):
Supón que tienes varias deudas, con bancos, tarjetas de crédito, préstamos personales, ¡Lo que sea! Y que por supuesto, te resulta imposible pagarlas. Pues bien: acogiéndote a esta ley podrás encontrar una efectiva solución, permitiéndote liquidar esas deudas o, en algunos casos, incluso perdonándolas, para que puedas empezar de nuevo. Sin duda, es como una especie de «limpieza financiera», aunque no todo es tan fácil como parece; como todo en la vida, tiene sus requisitos y procedimientos.
Si se la dieran a cualquiera de cualquier forma, no tendría nada especial ¿verdad? Porque es cierto que muchas buenas personas llegan a tener deudas infinitas porque no tienen para comer o para pagar cosas básicas, y como es justo, esta ley les viene como anillo al dedo. Sin embargo, otras personas que se entrampan hasta las cejas sólo por jugar o por timar a ciertas empresas, no se lo merecen tanto ¿a qué no? Vamos a ver entonces los requisitos a continuación.
¿A quién va dirigida esta ley?
En principio, la Ley de la Segunda Oportunidad está pensada para particulares, es decir, personas físicas que se encuentran en una situación de insolvencia. Esto significa que no tienen los recursos suficientes para hacer frente a sus deudas, y por supuesto, pueden demostrarlo. Sin embargo, también se aplica a autónomos, es decir, aquellos que tengan una empresa individual o que trabajen por cuenta propia.
A pesar de que esta ley está dirigida principalmente a particulares y autónomos, no es algo que cualquiera pueda pedir de manera fácil o inmediata; tiene ciertos requisitos que deben cumplirse para poder acogerse a ella:
- Buena fe del deudor: este es uno de los requisitos más importantes. Si has contraído deudas de forma fraudulenta o negligente, es posible que no puedas acogerte a la ley, como mencionábamos anteriormente. Este sistema está pensado para aquellos que, de buena fe, no han podido hacer frente a sus obligaciones económicas y no para aquellos que han generado sus deudas de forma irresponsable. Por tanto, si tienes un historial de endeudamiento irresponsable, puede que no seas considerado elegible.
- Incapacidad de pago: para poder acceder a la ley, debes demostrar que no tienes los recursos suficientes para pagar tus deudas. Esto significa que no basta con estar ante una situación de insolvencia, sino que debes demostrar que no tienes bienes que puedas vender o recursos que te ayuden a hacer frente a tus compromisos económicos.
- Intento de acuerdo extrajudicial de pagos: antes de recurrir a la ley, es obligatorio intentar llegar a un acuerdo con tus acreedores. Esto se hace a través de un acuerdo extrajudicial de pagos, en el que se intenta negociar un plan de pagos o una quita (reducción de la deuda) con los acreedores. Solo si este acuerdo fracasa, se puede continuar con el procedimiento judicial.
- No haber utilizado la Ley de la Segunda Oportunidad en los últimos 10 años: según los abogados de Despacho Calero, si ya te has beneficiado de la ley en el pasado, no podrás acogerte a ella nuevamente hasta que hayan pasado 10 años.
- Deudas inferiores a 5 millones de euros: en principio, esta ley está pensada para aquellos que no tienen una deuda excesivamente alta, así que, si tus deudas superan los 5 millones de euros, es posible que no puedas beneficiarte de ella.
¿Cómo funciona el proceso?
El proceso para acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad es un procedimiento judicial que consiste en los siguientes pasos:
- Solicitud y negociación: el primer paso es presentar la solicitud ante el juez. En esta solicitud, debes explicar tu situación financiera, tus deudas, tus ingresos y tus bienes. Además, como mencioné antes, debes intentar un acuerdo extrajudicial de pagos con tus acreedores. Este acuerdo es como un intento de mediación para ver si es posible llegar a una solución sin tener que pasar por un proceso judicial.
- Acuerdo judicial o exoneración de deudas: si el acuerdo extrajudicial no tiene éxito, el siguiente paso es presentar la solicitud ante un juez, quien revisará tu caso. El juez podrá autorizar un plan de pagos en el que podrás pagar tus deudas durante un tiempo determinado. Asimismo, si no puedes pagar, el juez puede optar por la exoneración de las deudas, es decir, perdonarlas parcialmente o totalmente.
- Eliminación de las deudas: si todo va bien y el juez autoriza la exoneración de tus deudas, se procederá a la eliminación total de las deudas que sean elegibles. Esto no significa que todas las deudas sean perdonadas, ya que algunas, como las deudas con la Administración Pública (por ejemplo, impuestos), no siempre pueden ser exoneradas.
- Reiniciar tu vida financiera: una vez que tus deudas han sido exoneradas, puedes empezar de nuevo sin la carga de esas deudas sobre tus hombros. Sin embargo, no se trata de un «borrón y cuenta nueva» en todos los aspectos, ya que hay que tener en cuenta que tu historial financiero quedará afectado y necesitarás reconstruir tu vida financiera desde cero.
¿Qué se puede y qué no se puede perdonar?
No todas las deudas son iguales, y no todas pueden ser perdonadas bajo la Ley de la Segunda Oportunidad:
- Deudas que sí pueden ser exoneradas:
- Deudas con entidades financieras (bancos, cajas de ahorros, etc.).
- Préstamos personales.
- Deudas con tarjetas de crédito.
- Deudas que no pueden ser exoneradas:
- Deudas con la Seguridad Social o Hacienda (es decir, impuestos).
- Deudas por pensiones alimenticias.
- Deudas relacionadas con actos fraudulentos.
¿Cómo acogerse a esta ley?
Una vez hayamos reunido los requisitos de los que hablamos a lo largo de este artículo, es importante saber qué pasos debemos dar para lograr solicitar esta ayuda:
Como hemos mencionado, el primer paso es intentar llegar a un acuerdo con los acreedores mediante un acuerdo extrajudicial de pagos. Este proceso tiene como objetivo negociar una solución para reestructurar las deudas, ya sea mediante un plan de pagos a plazos, o con una posible quita (reducción) de las mismas. El deudor debe acudir a un mediador (que puede ser un notario o un abogado) para ayudar a gestionar las negociaciones con los acreedores.
Para solicitarlo, el deudor debe presentar una solicitud formal ante el mediador, quien a su vez se encargará de analizar la situación financiera del deudor y proponer una oferta razonable de pago a los acreedores. Si todos los acreedores aceptan la propuesta, el proceso se da por finalizado en esta fase. En el caso de que el acuerdo extrajudicial de pagos no funcione, o si algunos acreedores se niegan a aceptar la propuesta, el siguiente paso es presentar una solicitud de exoneración judicial de deudas ante el juez. Este proceso implica la solicitud formal al tribunal para que se exoneran las deudas, total o parcialmente, del deudor.
En este caso, el deudor debe presentar una serie de documentos ante el juez, que incluyen información detallada sobre sus deudas, ingresos, bienes y situación financiera. El juez evaluará la solicitud y la documentación presentada, y determinará si el deudor es apto para recibir la exoneración.
Una vez presentada la solicitud ante el juez, este procederá a analizar la solicitud y, si lo considera adecuado, dictará una resolución sobre la exoneración de las deudas. El juez puede conceder una exoneración total de las deudas, lo que significa que el deudor queda liberado de todas las obligaciones económicas, salvo algunas excepciones, como las deudas fiscales o pensiones alimenticias. Si el juez decide que no es posible una exoneración total, puede optar por una exoneración parcial, en la que se perdona una parte de las deudas, permitiendo que el deudor pague solo una parte de lo que debe, en función de su capacidad económica.
Una vez que el juez emita una resolución beneficiosa y se concedan las exoneraciones de deudas, el deudor tiene una segunda oportunidad para comenzar de nuevo, sin la carga de las deudas impagadas. Sin embargo, es importante saber que este proceso tendrá un impacto en el historial crediticio del deudor, lo que podría dificultar la obtención de nuevos créditos o préstamos en el futuro: siempre quedará en su historial.
Así que ya sabes: si te ahogan las deudas, recuerda que todo tiene solución, como La Ley de la Segunda Oportunidad.