Implantes: una necesidad dental cada vez más grande entre los jóvenes

La salud de nuestro cuerpo es siempre una prioridad para todas las personas. No cabe la menor duda de que es un aspecto básico para garantizar la calidad de vida de una persona y un bienestar que es fundamental para tener una existencia que no esté marcada por el horror y los problemas. Debemos estar pendientes de todas esas cosas que van a tener una influencia en la salud de la que vamos a ser dueños y dueñas. No podemos olvidarnos de un asunto tan importante como este porque eso puede generar un impacto muy negativo tanto a corto como a largo plazo. Y lo cierto es que tenemos un amplio margen de mejora en este sentido en el interior de nuestras fronteras.

Como es obvio, la salud tiene varias aristas de las que hay que cuidar. Es verdad que hay algunos aspectos de los que hay que estar pendientes a diario, de otros hay que permanecer atentos más de vez en cuando. Pero lo cierto es que nunca puede abandonar nuestra cabeza la idea de que es necesario mantener un control sobre nuestra vida para evitar que los excesos o los olvidos sean la fuente principal de un problema. Es importante que nos acostumbremos a mantener ese control desde que somos jóvenes porque lo que suele ocurrir en estos casos es que empezamos a interesarnos a este respecto cuando somos más mayores y ya empezamos a tener algún achaque que otro.

Nos vamos a centrar, de aquí en adelante, en una de esas ramas de la salud que tan importante son. Hablamos, como no podía ser de otra manera, de la salud dental. Estaremos de acuerdo en afirmar que hablamos de una cuestión que nunca va a ser “de vida o muerte”. Nunca va a correr riesgo nuestra vida en caso de que tengamos una mala salud bucal, pero debemos hacer todo lo que sea posible para cuidar de nuestra boca porque si padecemos un problema esa zona vamos a tener problemas para comer, beber, hablar e incluso respirar. Y no es plato de buen gusto que tengamos que pasar por una situación como esa.

Uno de los principales problemas que tenemos los españoles en materia de salud dental es la pérdida de una pieza dental. No cabe la menor duda de que esto responde a un pobre cuidado previo de nuestra boca, un cuidado que no ha tenido en cuenta la necesidad de cepillar tres veces al día nuestra boca con el cepillo de dientes o acudir al menos una vez al año a la consulta de nuestro dentista de confianza. Cuando se pierde un diente, significa que hemos hecho un mal trabajo previo con él y la verdad es que este dato debería ser suficiente para que cambiáramos nuestra manera de actuar a este respecto.

De acuerdo con lo que publicó el portal web del Consejo de Dentistas, en España se colocan entre 1’2 y 1’4 millones de implantes dentales a lo largo de un año. Es una cantidad muy grande para un país como el nuestro. Debemos tener en cuenta que este es solo el número de implantes que se colocan, no el número de implantes que realmente se necesitarían colocar para dar respuesta a todos los problemas que existen en este sentido. Nosotros calculamos que solo el 50% de las personas que necesitan un implante procuran buscarle una solución a ese problema. Por incomprensible que parezca, la otra mitad simplemente se deja llevar.

De acuerdo con los datos que manejan desde el portal web Gaceta Dental, en 2020 los implantes dentales se convirtieron en uno de los tratamientos odontológicos más demandados en España. Esto viene a decir que son muchas las personas que han sufrido la pérdida de un diente en España a causa de un mal cuidado de la salud de su boca. Y esto dice mucho de lo que tenemos que mejorar en este sentido de cara al futuro. Lo más preocupante de todo es que estamos hablando de un problema que afecta no solo a las personas mayores o de mediana edad que no han cuidado como deberían de sus dientes, sino también a personas jóvenes que tendrían que haber mostrado también un mayor interés a este respecto.

No cuidar como deberíamos de nuestros dientes no va a provocar nuestra muerte, pero va a significar un importante decrecimiento en nuestra calidad de vida. Por desgracia, en España son muchas las personas que experimentan en su propia boca una situación como esta. Los profesionales de Icoa, una clínica dental experta en ortodoncia en Las Rozas, nos han indicado que los implantes dentales constituyen uno de las grandes necesidades dentales de nuestra población, algo que responde a un problema que además se manifiesta en gente cada vez más joven y que no debería estar pasando por una situación como esa para un momento de la vida como en el que se encuentra.

Una mala alimentación es una de las causas de este problema

Vamos con las causas de un problema como del que estamos hablando. Además de las que ya hemos mencionado (el hecho de no acudir al dentista y no cepillarnos los dientes tres veces al día), hay que hacer un hueco para hablar de la alimentación, que también podría ser un poco mejor de lo que realmente es. En España, abusamos de productos azucarados como los refrescos y eso tiene unas consecuencias nocivas para nuestra salud dental. Poco a poco, los dientes se van desgastando hasta que se parten o incluso se desprenden de la estructura de la boca. Con el café pasa algo parecido y también lo tomamos en demasía.

Deberíamos tener un mayor cuidado a este respecto. Son muchas las personas que no tienen la alimentación que necesitan para cuidar ya no solo de sus dientes, sino de su propia salud corporal. Ya sabéis que esos refrescos a los que hemos hecho referencia no solamente tienen un impacto negativo sobre la boca, sino también sobre todo lo que tiene que ver con la salud cardiovascular. No está mal que los consumamos de vez en cuando, o los fines de semana, pero siempre ha de ser con moderación para que no se genere una dependencia como la que sí tienen muchas personas en España.

Una mala salud dental es una mala noticia para nuestra imagen física 

La belleza es otro de los aspectos que se ven perjudicados cuando hablamos de una mala salud dental. La sonrisa es lo primero que la gente ve de nosotros y nosotras cuando nos tiene delante, así que… ¿qué imagen estaríamos dando de nosotros y nosotras mismas si a esa sonrisa se asomara el hueco que deja un diente al desprenderse? ¿Y qué imagen dejaría una sonrisa con un claro color amarillo? La verdad es que estas dos situaciones no son las mejores para tratar de vender nuestra imagen como la de una persona guapa y que cuida de sí misma.

Teniendo en cuenta que la imagen física tiene una enorme importancia a la hora de cultivar nuestro éxito profesional, no cuidar de los dientes de la manera en la que deberíamos hacerlo puede ser un problema muy grande a la hora de obtener toda el reconocimiento que mereceríamos de nuestro trabajo. Incluso es posible que no encontremos un empleo acorde a nuestras expectativas por culpa de esa imagen tan mal cuidada que proporciona una boca que tenga los dientes amarillos o al que le falte alguna de esas piezas dentales. La verdad es que sería una verdadera lástima que nos encontráramos en una situación como esa por culpa de algo tan sencillo como es mantener cuidada nuestra boca.

Debemos tener en cuenta que la sonrisa es una parte del cuerpo que se sitúa en el sitio más visible: la cara. Y que la sonrisa habla sobre nosotros y nosotras mismas, al igual que lo puede hacer la ropa que llevamos o la decoración de nuestra casa. Solo con ver la sonrisa de una persona, podemos conocer algunos aspectos de su vida. Por tanto, lo que siempre os vamos a recomendar es que dediquéis unos pocos minutos al día para tener una boca que no solo se encuentre blanca, sino que también esté libre de caries y de otras malas características como la halitosis. El bienestar y la calidad de vida se van a convertir, en ese mismo momento, en vuestras dos mejores compañeras de vida.

La salud es una de las principales razones por las cuales podemos gozar de una calidad de vida digna. Por eso, es importante que nos concienciemos en lo que tiene que ver con el mantenimiento ya no solo de una buena salud dental, sino de lo relevante que resulta tener en cuenta todas las ramas y partes de nuestro cuerpo a la hora de cuidarnos. A fin de cuentas, vamos a ser nosotros y nosotras mismas quienes paguemos las consecuencias de nuestros propios actos. Si hacemos las cosas bien, podremos respirar tranquilos. Si no… preparaos para lo que se os viene.

 

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