El poder curativo de la música para los niños

La música nos rodea todos los días. Lo escuchamos mientras viajamos, en el trabajo, en el centro comercial, en los anuncios de televisión… Son lugares en los que normalmente no podemos evitar la música y donde se supone que nos afecta.

Se supone que nos hace pasar más tiempo comprando, nos calma o acorta un momento largo. Pero la música tiene un poder mucho mayor. No sólo puede mejorar nuestro estado de ánimo, sino que también puede curar, ayudar con el dolor o enseñarnos a llevarnos mejor con otras personas. ¿Qué otro poder tiene la música y puede utilizarse incluso con niños pequeños?

La influencia de la música en los humanos

La musicoterapia puede ser útil para muchos problemas, desde migrañas y depresión hasta problemas de aprendizaje y autismo. Escuchar música (apropiada) tiene un efecto calmante en nuestro cuerpo, reduce los niveles de la hormona del estrés (lo que puede fortalecer la inmunidad), alivia la tensión, ayuda a superar el miedo o la ansiedad y también crea sentimientos de pertenencia. Todo esto se puede utilizar en un grupo de niños pequeños, especialmente si existe la necesidad de unir al grupo, ayudar a los niños a superar la ansiedad por la separación de sus padres o calmar el alma de algunos de los niños más salvajes.

Las emociones necesitan ser vividas

La música también está estrechamente relacionada con la experiencia de emociones. Cuando nos sentimos tristes, nos gusta escuchar canciones tristes que nos apoyen. Algunos podrán decir que es un ahogamiento voluntario en la tristeza, pero a veces simplemente es necesario vivirla para que desaparezca. Y la música puede ser de gran ayuda en esto. Del mismo modo, la música puede inspirarnos a la acción o (como se demostró en un experimento psicológico) puede evocar emociones positivas que aumentan nuestra voluntad de ayudar a los demás. Por otro lado, la música agresiva puede (especialmente en los niños) provocar una menor concentración y reducir el comportamiento prosocial.

¿Desde cuándo los niños perciben sonidos?

Según los psicólogos, los niños a las 35 semanas de embarazo son capaces de reconocer sílabas simples, como «bibi» y «baba». Alrededor del sexto mes, el bebé es capaz de distinguir las voces humanas de otros sonidos y, hacia el final del embarazo, probablemente también reconoce la voz de la madre con sus diferencias emocionales con respecto a otras voces. Por eso las madres deben cantar a sus hijos desde que nacen y no dejar que la música grabada los sustituya, porque el niño reconocerá la voz de la madre y así estará más tranquilo. Además, la madre también se calmará gracias a la respiración regular mientras canta. Un momento de alegría es cuando un niño comienza a crear música por sí solo, ya sea a través de su voz, pisando fuerte, aplaudiendo o golpeando objetos.

Musicoterapia y pedagogía musical

Estas dos disciplinas se superponen de muchos modos, nos indican los profesionales de la escuela de música infantil Piccolo. La diferencia más fundamental probablemente esté en el objetivo del campo. La pedagogía musical busca desarrollar los talentos musicales en los niños, a diferencia de la musicoterapia, donde los talentos musicales esencialmente no juegan ningún papel, porque cualquier persona que quiera puede participar en la musicoterapia. Y cuando los niños pueden hacer ruido, normalmente es porque realmente quieren hacerlo. El objetivo de la musicoterapia es ayudar a aumentar el sentido de autoestima, fomentar la comunicación, ayudar con la autoexpresión, etc. Otra diferencia es la persona del educador/terapeuta. Pero incluso estas diferencias a menudo se difuminan gracias a la posibilidad de completar la educación prácticamente a lo largo de toda la vida.

Activo vs. receptivo

Una posible división de la musicoterapia es en receptiva y activa. La musicoterapia receptiva es una forma pasiva donde los niños simplemente escuchan, perciben la música con todo su cuerpo, dejan que los afecte o pueden cerrar los ojos y dejar que su imaginación trabaje. Se enseña a los niños a escuchar música sólo por la experiencia y, al mismo tiempo, a centrarse en los sentimientos que la música evoca en nosotros. Es apropiado que los niños en edad preescolar elijan música con un ritmo fuerte o un motivo repetitivo que puedan recordar y que haga que la pieza sea más interesante para ellos.

Relajación hasta dormir

Escuchar música también puede utilizarse para inducir la relajación. Para los niños muy pequeños, este método de escuchar se puede trasladar sin problemas al método de ponerlos a dormir. Sólo es necesario utilizar música más tranquila y adaptar la propia técnica de relajación a la edad y al vocabulario de los niños tan pequeños. Lo ideal es un formato de cuento de hadas o un juego con un títere, en el que se anima a los niños a repetir la relajación, la respiración y la experimentación después de la actividad. Como ocurre con otras formas de relajación más complejas, es posible que no todo salga ideal la primera vez. Pero al repetir las técnicas de relajación, el cuerpo humano aprende a alcanzar un estado de relajación más rápidamente, e incluso a un niño le resulta cada vez más fácil calmarse durante un ritual que conoce.

Música según el estado de ánimo

Una forma activa de musicoterapia generalmente es más divertida para los niños. No sólo se utiliza el canto o tocar un instrumento musical, sino también la danza, la dramatización, el movimiento, etc. La forma en que una persona crea música se comunica con su entorno, comparte sus sentimientos y desarrolla su autoconocimiento y creatividad. Para los niños en edad preescolar, una de las formas activas de musicoterapia que se puede utilizar es la técnica de improvisación, donde los niños pueden expresarse espontáneamente con su voz o tocando un instrumento musical. Pueden crear música según su propio estado de ánimo y mental, lo que es ideal para la sintonía emocional mutua.

Interpretación

Al interpretar una composición o canción conocida, se desarrollan las capacidades sensoriomotoras de los niños, la memoria, pero también la concentración, lo que puede ser beneficioso, por ejemplo, para niños con síndrome de TDAH. Los niños pueden interpretar la canción ya sea tocando instrumentos musicales, cantando o jugando con su propio cuerpo (aplaudiendo, pisando fuerte, dando palmadas, imitando golpes, chasqueando los labios, etc.). Es interesante la combinación de musicoterapia y actividades artísticas, donde los niños pueden expresar sus sentimientos sobre la música mientras escuchan dibujando, garabateando, combinando colores, etc.

Lo que la musicoterapia puede aportar a una escuela infantil

Las técnicas de musicoterapia son diversas y sus usos son muy variados. Con una adecuada adaptación del vocabulario y teniendo en cuenta las experiencias de los niños, algunos de ellos pueden utilizarse incluso con niños de dos años (por ejemplo, relajación con música). Cuanto mayor sea el niño y mejor comprenda y siga las instrucciones, más complejas y exigentes se podrán utilizar técnicas. En un grupo de niños pequeños, se puede utilizar la musicoterapia para liberar emociones, para crear un ambiente amigable y abierto, donde los niños sepan que pueden expresarse a través de la música/movimiento/canto y nadie se reirá de ellos por ello. Podrán aprender a percibir mejor sus sentimientos, controlar sus cuerpos y experimentar la música. Algunas técnicas entrenan la concentración de forma lúdica y otras pueden unir a un equipo a través de una experiencia musical compartida.

Musicoterapia para niños con TDAH

La musicoterapia también se puede utilizar eficazmente cuando se trabaja con clientes difíciles, como los niños con TDAH. Incluso se podría decir que este es uno de los métodos más adecuados para estos niños, porque pueden utilizar tanto su exceso de actividad como su creatividad. Durante las técnicas de musicoterapia, se puede trabajar en los niños con TDAH reforzando el comportamiento positivo, apoyando al niño en la comunicación con sus compañeros y fortaleciendo una autoestima saludable. La música ayudará al niño a liberar la tensión interna, puede enseñarle a relajarse y fortalecer la concentración. Durante algunas técnicas, el niño aprende habilidades sociales y, gracias a la música, puede reconocer más fácilmente las emociones, tanto las propias como las de otros niños. Aprenden a aceptar sus sentimientos y trabajar con ellos.

Cuando se trabaja con niños con TDAH, además de tocar instrumentos musicales, también se puede utilizar la dramatización durante la música, la escucha, la relajación o la improvisación. Hay investigaciones que demuestran que simplemente escuchar las composiciones de Mozart aumenta la capacidad de concentración en niños con TDAH. Los niños que escuchaban las canciones tres veces por semana podían controlar mejor sus estados de ánimo y eran menos impulsivos. Para la mayoría de ellos, estos efectos de la música duraron seis meses después de finalizada la investigación.

Música para la amistad

Los juegos de musicoterapia pueden ser una excelente herramienta para una mejor adaptación de los niños al jardín de infancia. Durante las técnicas conjuntas, los niños pueden relajarse más y son más capaces de hacer nuevos amigos. Escuchar o crear música juntos tiene una fuerte carga emocional, por eso la gente a menudo cantaba cuando iba a la batalla, para enfatizar la solidaridad. Además, gracias a las técnicas de grupo, los niños aprenden a cooperar desde el principio y a crear un ambiente abierto y amistoso. La función terapéutica de la música aumenta el nivel de empatía en los niños y ayuda así a prevenir acciones colectivas como el bullying.

La música es un símbolo de emociones

Las emociones que son tan difíciles de describir se comunican directamente a una persona en la música, y ese es su poder y significado. Aprender a escuchar música, percibir tus sentimientos y comunicarlos a los demás es una de las cosas que se pueden practicar con niños pequeños. Cuanto antes aprendan los niños a reconocer sus sentimientos, más equilibrados serán, mejor podrán hacer nuevos amigos y unirse a un equipo. Y un equipo así también será más estable si está formado por niños que puedan identificar y hablar de sus sentimientos.

La música más bella

La musicoterapia puede enriquecer el programa de los niños en la escuela infantil y primaria de una manera interesante. Puede ser útil especialmente al inicio del año escolar como elemento de unión, para niños en edad preescolar como una forma de calmarse antes de dormirse, y para niños en guarderías después de la escuela como una forma de liberar el exceso de energía acumulada después de una mañana escolar. Tiene muchos usos y, si se utiliza adecuadamente, será divertido no sólo para los niños sino también para los educadores. Porque la música más bella es la risa humana.

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