Consejos para combatir el estrés

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Me gustaría empezar este artículo con una pregunta muy simple, pero bastante importante en la que, quizás, no has meditado demasiado: ¿cuándo fue la última vez que te sentiste realmente en paz? Piénsalo: sin estrés, sin agobios, sin nervios por pensar en todas las cosas que tenemos que hacer, como responsabilidades o compromisos…

Lo pregunto porque, si estás leyendo esto, es probable que sea porque el estrés está ganando una posición muy alta en tu vida, como lo estuvo en la mía durante mucho, mucho tiempo. Quizás hayas sentido que no tienes salida, que el ritmo frenético de la vida te lleva de un lado a otro sin que te dé tregua, como si fueses un muñeco. Bueno, te confieso que yo también lo he vivido todo eso y sé lo abrumador que puede llegar a ser. Por eso, me gustaría compartir contigo todo lo que he aprendido a lo largo de mi camino para intentar combatir el estrés y recuperar algo de calma en mi vida.

Permíteme darte un dato muy interesante: ¿Sabías que el estrés es uno de los problemas más comunes hoy en día? Según estudios recientes, más del 40% de los jóvenes y adultos reportan niveles altos de estrés. Y no me extraña, porque las presiones laborales, las redes sociales, los estudios, la familia, la economía… todo parece unirse para agobiarnos. Los adolescentes no se quedan atrás: el 30% de ellos afirman sentirse constantemente estresados por el colegio y las expectativas que otros tienen de ellos. Lo que de verdad es preocupante de todo esto es que el estrés no solo afecta nuestra mente, sino también nuestro cuerpo.

 

¿Qué está causando tu estrés?

Antes de combatir el estrés, necesitamos entender qué lo origina.

En mi experiencia, las causas pueden ser muchas, pero todas tienen algo en común: nos sentidos sobrecargados y sobrepasados por las circunstancias… o sobre las expectativas que tienen otros sobre nosotros.

Aquí te enumero algunas de las más comunes:

  1. Problemas laborales o escolares: Plazos ajustados, jefes exigentes, exámenes o trabajos en grupo son una fuente constante de tensión.
  2. Expectativas externas: A veces sentimos que debemos ser perfectos para complacer a los demás. ¿Te suena de algo? Yo lo vivo casi todos los días.
  3. Preocupaciones económicas: Las deudas, los gastos inesperados o llegar a fin de mes es algo que puede quitarnos el sueño, sobre todo tras fiestas tan intensas como Navidad o los Reyes Magos.
  4. Falta de tiempo para uno mismo: Si siempre estamos ocupados con los demás, ¿cuándo nos ocupamos de nosotros mismos? De nuestros proyectos, de las cosas que nos gusta hacer, de lo que nos hace ser feliz… Nos dejamos para lo último, y eso puede sobrecargarnos de estrés y ansiedad.
  5. Problemas de salud o de familiares: Saber que alguien que queremos no está del todo bien puede generarnos mucho estrés emocional… sobre todo, en fiestas tan marcadas como Navidad y Año Nuevo.

Ahora bien, vayamos directamente al grano: ¿cómo podemos solucionar todo esto? He dividido mis consejos en diversas categorías para que puedas elegir lo que mejor te funcione.

 

Consejos “de la abuela”

Las abuelas siempre tienen algo que decir sobre todo, y muchas veces sus consejos son oro puro. Yo misma los he puesto en práctica más de una vez, ¡y te aseguro que ayudan!

  1. Té caliente y pausas para descansar: Una taza de té de manzanilla o valeriana puede hacer maravillas. Dedícate, además, un buen rato al día… solo para ti.
  2. Baño relajante: Llena la tina, añade un poco de sal marina o aceites esenciales, y regálate ese tiempo para desconectar. Te lo mereces.
  3. Dormir bien: Seguro que has escuchado esto mil veces, pero es clave. Dormir entre 7 y 9 horas regula tu sistema nervioso.
  4. Escribir tus pensamientos: Una libreta para desahogarte puede ser un gran alivio. Escribir es como hablar contigo mismo.
  5. “Escucha a tu cuerpo”: Esto me lo decía siempre mi abuela. Si tu cuerpo pide descanso, déjalo descansar. Oblígate a detenerte, aunque sean 15 minutos… porque tu cuerpo es sabio y sabe lo que necesita.

 

Consejos con medicamentos (siempre con asesoría médica, por supuesto)

Aunque preferimos evitar los medicamentos, hay momentos en que pueden ser necesarios. Eso sí, recuerda que siempre debes hablar con un médico antes de tomar algo.

  1. Ansiolíticos: En casos de estrés extremo, pueden ser una solución temporal. Pregúntale a tu médico si son adecuados para ti.
  2. Suplementos de magnesio: Ayuda a relajar los músculos y a mejorar el sueño. ¿Sabías que muchas personas tienen deficiencia de magnesio?
  3. Melatonina: Si el estrés afecta tu sueño, la melatonina puede ayudarte a regularlo.
  4. Terapia hormonal o suplementos vitamínicos: En algunos casos, el estrés puede estar relacionado con desequilibrios hormonales o deficiencias de vitaminas del grupo B.
  5. Consulta a un profesional de la salud mental: Si sientes que no puedes manejar el estrés por ti mismo, un psicólogo o un psiquiatra pueden recetarte medicamentos que te ayuden a largo plazo.

 

Consejos con remedios naturales

Si eres de los que prefiere evitar los fármacos, como yo, aquí tienes opciones más naturales. Yo las uso mucho porque no me gusta depender de los medicamentos químicos, y puedo decirte que funcionan si las practicas con constancia.

  1. Yoga y meditación: No necesitas ser un experto: empieza con cinco minutos al día. Busca videos en YouTube y deja que tu mente se calme.
  2. Tés e infusiones: Además de la manzanilla, prueba la lavanda o el té verde, porque tienen propiedades relajantes.
  3. Aromaterapia: Los aceites esenciales de lavanda, eucalipto o jazmín pueden transformar tu espacio personal en un refugio de tranquilidad.
  4. Ejercicio suave: Caminar, nadar o practicar tai chi son formas efectivas y demostradas de liberar tensión. No pierdes nada por probar.
  5. Técnicas de respiración: Una respiración profunda y pausada reduce la frecuencia cardíaca y calma tu mente. Intenta inhalar en cuatro tiempos, retener el aire por cuatro, y exhalar en otros cuatro.

 

Complementos alimenticios con extractos vegetales

Mentali® desarrolla y comercializa suplementos alimenticios naturales, por eso fueron mis aliados cuando quise informarme de cómo funcionaban ciertas plantas de las que no tenía ni idea. Me asesoraron y me explicaron el funcionamiento que estas tenían, y la verdad es que estas marcaron un antes y un después en mi vida.

Si bien cada persona es distinta, para mí han sido de gran ayuda.

  1. Ashwagandha: Esta planta adaptógena reduce los niveles de cortisol, que es la hormona del estrés por excelencia, por si no lo sabías. Desde que la incorporé a mi rutina, siento una mayor estabilidad emocional y menos reacciones impulsivas ante situaciones que antes me provocaban una gran tensión.
  2. Rhodiola: Es otra planta adaptógena que mejora la resistencia al estrés. Me da más energía, algo fundamental para mí cuando el estrés me deja agotada.
  3. Ginseng: Aunque suele asociarse con un aumento de energía, también tiene propiedades para equilibrar el sistema nervioso, por lo que es una excelente opción para conseguir claridad mental.
  4. L-teanina: Este compuesto, que se encuentra en el té verde, tiene un efecto calmante y no provoca somnolencia. Personalmente, lo tomo en los días más complicados y noto cómo mi mente se serena.

 

¿Cómo usarlos?

Es importante que hables con un profesional antes de tomar cualquier complemento alimenticio, especialmente si tienes alguna condición médica o estás tomando otros medicamentos, porque pueden anularse el uno al otro.

Yo empecé con dosis bajas y ajusté, según las recomendaciones de mi nutricionista. Los resultados no son inmediatos, pero, con constancia, se convierten en un aliado muy poderoso.

 

Mi experiencia personal

Desde que los incorporé en mi rutina, tengo más herramientas para enfrentar el estrés diario.

No son una solución mágica, por supuesto, pero complementan muy bien otros hábitos, como la meditación y el ejercicio.

Así que, si estás buscando algo más natural, te animo a buscar la orientación adecuada.

 

Consejos generales para una vida menos estresante

Por último, quiero compartirte algunas ideas generales que me han ayudado a cambiar mi estilo de vida. Puede que alguna de estas te haga clic:

  1. Organiza tu tiempo: Usa una agenda o una aplicación para planificar tu día. Deja espacios para descansar.
  2. Aprende a decir que no: No podemos hacer todo ni complacer a todos, y esto me ha costado horrores comprenderlo. Prioriza lo que realmente importa para ti.
  3. Rodéate de personas positivas: La energía de quienes nos rodean influye mucho. Busca compañías que te apoyen.
  4. Desconéctate de las redes sociales: Si las noticias o el contenido en redes te estresan, limita tu tiempo frente a la pantalla.
  5. Encuentra un hobby: Dedicar tiempo a algo que te apasione puede ser una vía de escape saludable. Pintar, leer, cocinar… lo que más te guste.
  6. Terapia: Hablar con un profesional puede abrirte nuevas perspectivas y enseñarte herramientas para manejar mejor el estrés.

 

No quiero terminar este artículo sin decirte algo importante

Está bien no estar bien todo el tiempo.

Nadie es perfecto, y no siempre podremos evitar el estrés. Pero sí podemos aprender a manejarlo. Espero que estos consejos te sirvan tanto como a mí.

Y tú, ¿cuál vas a probar primero?

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