¿Envejecemos porque dejamos de hacer deporte?

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A veces me encuentro reflexionando sobre la vida observando a las personas a mi alrededor. Especialmente cuando veo a aquellos que han empezado a tener hijos y asumir responsabilidades laborales, noto un patrón preocupante: el deporte comienza a quedar relegado. Me pregunto si este puede ser el inicio de una desmejora general en nuestra salud y bienestar. Recuerdo cuando era más joven, hacer deporte era una fuente constante de diversión y energía. Sin embargo, con el paso del tiempo y el incremento de las responsabilidades, parece que ese hábito saludable ha quedado en un segundo plano.

 

El aumento del estrés y las obligaciones

Con el incremento de las responsabilidades, también aumenta el estrés. Entre el trabajo, las tareas domésticas y el cuidado de los hijos, nuestras agendas se llenan y apenas queda tiempo para nosotros mismos. El deporte, que solía ser una actividad placentera, se convierte en una obligación más. Entonces, nos encontramos haciendo ejercicio, no porque queramos, sino porque sentimos que debemos. Y cuando finalmente encontramos ese pequeño espacio de tiempo, estamos tan cansados que el esfuerzo es mínimo y, por lo tanto, ineficaz.

Esta situación me llevó a preguntarme si hay una manera de revertir esta tendencia. ¿Podemos encontrar una forma de hacer del deporte una actividad gratificante nuevamente, algo que no solo mejore nuestra salud física, sino también nuestra salud en general? Empecé a investigar y descubrí que la clave puede estar en cómo y con quién practicamos deporte.

 

La importancia de centrarnos en nosotros mismos

Uno de los puntos más reveladores de mi investigación fue el descubrimiento de que deberíamos centrarnos más en nosotros mismos. No se trata de ser egoístas, sino de reconocer que nuestro bienestar personal es crucial para poder cumplir con todas nuestras responsabilidades de manera efectiva. Hacer deporte debería ser una prioridad, no una opción.

Un estudio publicado en la revista Mayo Clinic Proceedings destaca que los deportes más beneficiosos para alargar la vida son aquellos que son divertidos, dinámicos y se practican en compañía. Estos deportes no solo mantienen nuestro cuerpo en forma, sino que también proporcionan una importante interacción social, que es crucial para nuestra salud mental. Actividades como la natación, el ciclismo y el baile han demostrado ser altamente efectivas.

 

Consultando a los expertos

Curiosa por saber más, decidí consultar con Despierta y Entrena, la empresa de una entrenadora personal con amplios conocimientos del tema sobre el que estoy investigando, conservar el bienestar y la salud física con los años. Por ello pregunté cuál consideraba ella que era el deporte que más ayuda a conservar la juventud, y me respondió que hay muchos deportes que pueden hacerlo, pero que el mejor de todos es el tenis.

 

El tenis es una actividad que combina ejercicio cardiovascular con fuerza, coordinación y agilidad. Además, generalmente se juega en pareja o en grupos, lo que añade un componente social muy valioso. El esfuerzo físico requerido para jugar al tenis es significativo y variado, lo que ayuda a mantener diferentes aspectos de nuestra salud en óptimas condiciones. Además, es un deporte que se puede practicar a cualquier edad, lo que lo convierte en una excelente opción para quienes buscan mantenerse jóvenes tanto física como mentalmente.

 

Calidad de vida VS longevidad

Después de toda esta investigación, me doy cuenta de algo fundamental: lo más importante no es necesariamente alargar nuestra vida, sino la calidad con la que vivimos ese tiempo. La vida es impredecible y a veces suceden cosas que están fuera de nuestro control. No sabemos cuánto tiempo estaremos aquí, pero sí podemos controlar cómo vivimos cada día.

El deporte, cuando se practica con alegría y en buena compañía, puede ser la mejor herramienta para mejorar nuestra calidad de vida. Ya que no solo nos ayuda a mantenernos en forma, sino que también nos proporciona momentos de felicidad, reduce nuestro estrés y mejora nuestras relaciones sociales. Al final del día, lo que realmente importa es sentirnos bien con nosotros mismos y con la vida que llevamos.

 

¿Es el deporte una fuente de juventud?

A estas alturas, estoy prácticamente segura de que el deporte juega un papel crucial en nuestra salud y en el retraso del envejecimiento. No solo por los beneficios físicos, sino también por los emocionales y sociales. La clave está en encontrar actividades que nos apasionen y que podamos disfrutar en compañía de otros.

Según lo que explicaron, si los estudios apoyan deportes en los que te diviertas y socialices. Está claro que la actitud con la que los practiques es fundamental para su efecto en tu cuerpo. Muchas veces nos perdemos en tecnicismos aburridos y pensamos que cuanto más duro o pesado sea un entrenamiento mejores resultados obtendremos. Pero está claro que no es así. Por ello deberíamos buscar deportes que nos hagan sudar, pero que también nos hagan felices y nos hagan socializar.

Un estudio realizado por la Universidad de Copenhague y publicado en el Journal of Aging Research respalda esta idea, mostrando que los deportes de equipo y aquellos que se practican en grupo tienen un impacto significativamente positivo en la longevidad. Los participantes en estos estudios no solo vivieron más tiempo, sino que también reportaron una mayor satisfacción con su calidad de vida.

 

La perspectiva personal en la práctica deportiva

Además de los beneficios generales del deporte, hay una dimensión personal que no debemos pasar por alto. Practicar deporte nos permite conocernos mejor a nosotros mismos, explorar nuestros límites y descubrir nuevas capacidades. Nos ofrece un espacio para desconectar de las preocupaciones diarias y centrarnos en el momento presente.

 

Para mí, el deporte se ha convertido en un refugio, un momento del día en el que puedo olvidarme de todas las responsabilidades y simplemente disfrutar del movimiento y la compañía. Es un recordatorio constante de que cuidar de nosotros mismos no es un lujo, sino una necesidad. Al practicar deporte, no solo estamos invirtiendo en nuestra salud física, sino también en nuestro bienestar y salud general.

 

Recomendaciones para incorporar el deporte en nuestra vida diaria

A partir de mi experiencia y mi investigación, quiero compartir algunas recomendaciones para incorporar el deporte en nuestra vida diaria de manera efectiva y placentera:

  1. Encuentra una actividad que te apasione: No te limites a los deportes tradicionales. Prueba diferentes actividades hasta encontrar aquella que realmente disfrutes.
  2. Hazlo en compañía: Invita a amigos o familiares a unirse a ti. El componente social del deporte es crucial para mantener la motivación y disfrutar de la actividad.
  3. Establece metas realistas: No te exijas demasiado al principio. Establece metas alcanzables y celebra cada pequeño logro.
  4. Incorpora el deporte en tu rutina diaria: Encuentra momentos en tu agenda que puedas dedicar al deporte de manera regular. No tiene que ser mucho tiempo; lo importante es la constancia.
  5. Disfruta del proceso: Recuerda que el objetivo principal es disfrutar y sentirte bien. No te obsesiones con los resultados inmediatos; el bienestar a largo plazo es lo que realmente importa.

 

La calidad de vida lo es todo

Mi investigación sobre el deporte y el envejecimiento me han llevado a una conclusión clara: lo que más importa no es alargar la vida, sino la calidad con la que vivimos ese tiempo. Practicar deporte de manera regular, disfrutando del proceso y en buena compañía, puede marcar una gran diferencia en nuestra calidad de vida.

Vivimos en un mundo lleno de estrés y responsabilidades, pero también tenemos la capacidad de tomar decisiones que mejoren nuestro bienestar. El deporte es una de esas decisiones. Nos ofrece una manera de cuidar de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras relaciones. Y lo mejor de todo es que es algo que podemos disfrutar a lo largo de toda nuestra vida.

Así que, la próxima vez que te sientas abrumado por el estrés y las responsabilidades, recuerda que dedicar tiempo al deporte no es una obligación más, sino una inversión en tu bienestar. Encuentra una actividad que te apasione, compártela con otros y disfruta del proceso. La calidad de tu vida, y no solo su duración, es lo que realmente está en tus manos.

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