Uno de los momentos del año es sin duda cuando llega el momento de disfrutar del Carnaval. Estamos hablando de algo especial, de un sinónimo de disfrute y de alegría que nos caracteriza muy bien a los españoles y a todas aquellas personas que tienen ese ADN latino que tanto nos gusta y tanto llama la atención entre aquellas personas que provienen de cualquier otro lado del mundo. La verdad es que no es para menos. Todavía existen motivos para disfrutar de un evento como este y la verdad es que debemos aprovechar hasta el último segundo de este tipo de festividades. Sin duda, es idóneo para construir el mejor de los recuerdos.
Son muchas las personas de distintos lugares a las que les encanta disfrazarse cuando llega el Carnaval. Se trata de una fiesta diferente, que no tiene nada que ver con cualquier otra celebración que podamos tener a lo largo del año. La gente suele compararla con Halloween por el propio disfraz en sí, pero a nosotros no nos gusta realizar este tipo de comparación porque el Carnaval implica una libertad mucho más grande y no solo se limita a un tema en concreto, como es el caso del terror con la festividad de la noche del 31 de octubre. Creemos que, al menos en España, se sigue disfrutando más del Carnaval que de Halloween.
Hablamos también de una fiesta que se ha ido transformando con el paso de los años y que ha ido ganando adeptos. Los distintos ayuntamientos han ido potenciando sus actividades en relación a una fiesta como de la que estamos hablando y eso ha ido haciendo posible que la gente disfrute en mayor medida de un momento del año como este. Lo que antes se limitaba a un desfile, ahora es ese desfile más algún concurso, una macrofiesta, un concierto, un evento para niños… La verdad es que nada tiene que ver lo que hacíamos antes con la gama de posibilidades con la que se cuenta ahora en cualquier ciudad o municipio de nuestra geografía.
Uno de los mejores ejemplos para ilustrar lo que estamos comentando nos lo puso la ciudad de Cuenca durante este mismo año. De acuerdo a lo que recogía una noticia que fue publicada por la página web de La Tribuna de Cuenca, el Carnaval de la ciudad estaba ganando en actividades y premios, cosas entre las que se situaba un Carnaval musical y un espectáculo de hipnosis. Como veis, las posibilidades son infinitas y eso es lo que permite hacer posible que la facturación de los negocios de una ciudad haya ido creciendo con el paso de los años. Y es que hay que disfrutar de un momento como este.
Hay que decir, una vez llegados a este punto, que la pandemia ha hecho que la gente y las instituciones recuperen en mucha mayor medida las ganas de disfrutar. El Carnaval de 2021 tuvo que ser cancelado por motivos evidentes (el de 2020 llegó justo antes del confinamiento), pero el de 2022 ya empezó a ser bastante más normal. El que tuvimos en 2023 fue la mejor prueba de que queríamos recuperar el tiempo perdido y muchas ciudades siguieron el ejemplo de Cuenca elaborando un programa mucho más extenso de actividades. Como consecuencia, el disfrute de la gente fue mucho más grande y a casi todo el mundo le quedó esa sensación de la que estábamos hablando al respecto de la recuperación del tiempo perdido.
Por cierto, tened en cuenta que el Carnaval es una experiencia que cada vez más relación guarda con la gastronomía. Apuntaba una noticia publicada en la página web Directo al Paladar que la gastronomía del Carnaval podía ser una especie en vías de extinción, pero lo cierto es que muchas ciudades se han dado cuenta de ello y, en esos programas cada vez más extensos de los que estábamos hablando más arriba, se incluye alguna actividad que está íntimamente relacionada con la gastronomía. Ni que decir tiene que esa es una de las tradiciones que no podemos consentir que se pierdan. Haríamos muy mal en consentir que así fuera.
En ese artículo que os hemos enlazado en el párrafo anterior podéis tener acceso a los diferentes productos típicos que existen en distintas zonas de nuestro país y que son tradicionales durante una festividad como de la que estamos hablando. La verdad es que cada zona tiene su especialidad y eso contribuye de alguna manera a conseguir que la experiencia en cada una de ellas sea especial. Ni que decir tiene que, si tenéis pensado realizar algún tipo de viaje durante un momento del año como este, es evidente que tenéis que probar algunas de las delicias que se muestran ahí. No os vais a arrepentir en absoluto de haber tomado esa decisión.
¿Qué tipo de disfraces usa la gente?
Hemos hablado de muchas cosas hasta ahora, pero ya sabéis que el rey de una celebración como el Carnaval sigue siendo el disfraz, ese elemento que nos va a permitir tener una noche de alegría y diferente a todas las demás del año. Cada año, las tendencias en materia de disfraces cambian, pero lo que no lo hace son las ganas de disfrutar del color y la alegría que supone pasar esta fiesta con nuestra gente, que sigue siendo otro elemento muy importante para conseguir extraer todo el jugo de un momento así. Si mezclamos la magia del disfraz con la posibilidad de ver a todos o a buena parte de nuestros amigos, nos sale el cóctel perfecto, el cóctel de la felicidad.
Está claro que hay que aprovechar al máximo esos momentos del año que nos ofrezcan la posibilidad de disfrutar de nosotros mismos y de la gente que nos rodea. Uno de ellos es el Carnaval. Y el disfraz es el elemento que más y mejor nos puede ayudar a ello. La gente cada vez se toma más en serio un elemento como este y dedica un margen de tiempo más grande a pensar en qué quiere para ese año. Lo saben bien en La Casa de los Disfraces, quienes llevan años trabajando en un mercado como el de los disfraces y quienes son conscientes de que, después del 6 de enero, son muchas las personas que van a empezar a pensar en el papel que quieren interpretar en Carnaval.
Disfrazarse empieza a ser típico también en Navidad
Ha triunfado tanto últimamente una festividad como el Carnaval que son muchas las personas que están empezando a utilizar prácticamente cualquier excusa para disfrazarse. Y ese es el motivo por el que disfrazarse en Navidad empieza a ser una especie de tradición en el interior de nuestras fronteras. Vestirse como Papá Noel o como un Rey Mago es algo que ya es común y que encierra el mismo objetivo que cuando nos disfrazamos de cualquier cosa en Carnaval o en Halloween: disfrutar del ambiente, de un personaje que no somos nosotros mismos y de nuestra gente. Eso es lo que de verdad importa cuando llega un momento así.
Algo que ha hecho que eso sea posible es que disfrazarse sigue siendo algo idóneo para toda la familia. No importa la edad que tengamos para formar parte de algo así. Es verdad que siempre se suele pensar en los niños como el elemento central en este sentido, pero los adultos también disfrutamos de la posibilidad de disfrazarnos e incluso los más ancianos lo van haciendo con el paso de los años. Y es una noticia excelente que así sea, no nos vamos a engañar. Ojalá que sigamos manteniendo esta actitud porque es la que nos permite dibujar la mejor de nuestras sonrisas en nuestra cara.
El objetivo que perseguimos al disfrazarnos siempre se cumple. Lo primero es pasarlo bien, algo que hacemos sin lugar a dudas. Lo segundo, que no es otra cosa que la de desarrollar un papel que en teoría no tiene que ver con nosotros y que es el del personaje del que vais disfrazados, también se cumple y viene genial especialmente para los más pequeños, que desarrollan su personalidad de un modo muy interesante gracias a este tipo de cosas. Hay que seguir promoviendo el disfraz porque es un elemento que a nadie va a defraudar. Podéis consultarle a quien queráis para corroborarlo.
El disfraz siempre lleva asociadas palabras como “ocio”, “alegría” o “felicidad”. ¿Qué puede salir mal si en nuestra vida encontramos palabras así? La verdad es que ojalá todo en la vida fuera así. Es lo que debería convertirse en realidad y lo que haría que todos y cada uno de nosotros fuéramos mucho más felices. Y no es tan difícil de conseguir. Muchas veces, esa alegría y esa felicidad dependen de cosas que tenemos al alcance de la mano, muy cerca de nosotros. Fijaos en lo fácil que resulta comprar un disfraz. Todo lo que viene después es garantía de una felicidad absoluta. Probadlo si todavía no lo habéis hecho y nos contáis.